Cuando vi los objetos sobre la mesita, me detuve en la luz de cada vela.
Entonces vislumbré mi alma. Me siento luz , porque me alegra orientar, guiar y ser útil.Pero además la vela es frágil, perecedera como la vida. Se consume, pero no en vano, porque al estar iluminando, deja huellas ,halos de luz y es como algunas las personas que dejan huellas imborrables y ni la muerte podrá borrarlas.
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