
Ella siempre lo esperaba, cada noche, cada vez que las 10 PM marcaba el reloj .Allí se encontraban en ese lugar donde las miradas son sólo desde el corazón , porque los ojos no se encuentran jamás con el otro . No importaba. Las palabras se deslizaban en renglones, en caminos de encuentros en el espacio eterno que los separaba, pero el latir de sus almas tejían en el aire una comunión de espíritus ansiosos de amar.
Entonces los versos se hacían palomas mensajeras y se abría un cielo de enamoramiento que salvada espacios entre hemisferios diferentes. Pasaban volando las horas y no se sentían, porque las palabras dulces empujaban los minutos sin que se notaran, además los sentimientos que se encontraban vagando en el espacio no medían el tiempo.
El cielo era la pantalla donde las gaviotas describían trazos extendidos hacia él y él lo sentía tan cerca como le sucedía a ella. Así la magia era palpable como los pétalos de una rosa, y volaban como pájaros en el encuentro sideral del espacio nocturno. Duraría mientras el nocturno dominara el inmenso cielo y volvería en el siguiente anochecer, así cada noche, cada hora a las 10 PM. Nuevamente , a hilar amores en letras emocionadas y echarlas a volar en ese lugar infranqueable que une a los corazones ansiosos de compañía...
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1 comentario:
Muy hermoso relato, que me ha llevado a espacios siderales
Elba
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