Una mañana fría, Elvira salió de su casa sin rumbo. Sus manos eran azules como un puñado de silencios . Ráfagas de viento herían sus ojos que veían neblinas en su sendero. Vestida de soledad como una sonámbula caminaba. Presagios, prendían en ella, después de leer el Libro de los fantasmas .
En la biblioteca, heredada de su padre, había leído cada página y le llamó la atención sus tapas donde estaban estampadas y en relieve , muchas arañas en el centro de su red .
Casi tambaleando, llegó a la casa de su mejor amiga.Esta quiso ayudarla. No podía resistir verla así, a ella, la mujer alegre que fue siempre.
Le sirvió un te suave y tomo sus manos para darle calor.
Desde el patio un aroma a flores invadía el ambiente. Elvira quiso esconderse en algún capullo y despertar de su sueño . Pero se adormeció en el mullido sillón rojo .
Al caer la tarde, despertó y vio que tenia en el dorso de su mano izquierda la figura de un fantasma. Era huella de ese personaje del libro .
¿Cómo podría borrarla? Pero su amiga sabia cómo.
Recordó que en su ropero y dentro de un pequeño arcón hecho por su madre , estaba guardado , hacia muchos años una piedra negra tallada con girasoles de intenso amarillo.
Elvira en ese momento , estaba en el jardín y admiraba cómo las mariposas doradas ensayaban una melodía en cada flor.
Para poder abrir ese cofre de madera debía recordar las palabras que decía su madre nacida en Hungría .Intentó rebuscar en su memoria , no lo logró.Entonces fue al libro preferido de su madre : La rosa de oro .
Allí vio, escribo con lápiz, en la hoja 98 “nyitott széles Azt akarom tudni, hogy a belső én” Ensayó muchas veces esas palabras húngaras .
Cuando la luna estaba redonda y en el medio del cielo, tomó en sus manos ese pequeño arcón y al pronunciar lo que había aprendido, el cofre se abrió .
Un destello de amarillo iluminó la casa.
Elvira entró y toda ella era alegría .
Ya había borrado todos sus traumas.
3 comentarios:
Buenísimo
El poder del pensamiento se manifiesta en este bello texto gracias por compartir
un Abrazo Alicia
Tu relato atrapa.
Saludos y abrazos.
J.Jesus Ibarra Rodriguez
Bkn
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