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Los primeros relatos fantásticos nacieron antes de la primavera del 2009, aún con el aroma del invierno triturando hojas dispersadas por el viento...

Todos ellos comenzaron a brotar de modo sorpresivo dejando huellas en el papel y luego anclaron aquì, en esta pantalla que tu lees...

Stella Maris Taboro

Relatos fantásticos te dan la bienvenida......

Donna dentro nelle storie...Noviembre 2009




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jueves, 19 de noviembre de 2009

Mujer medieval


















El sol derramada plenamente su energía sobre las esencias y rocíos, brillaban más aún las cascadas cristalinas salpicando el jardín donde los trinos se mezclaban .Ella pertenecía a una familia que trabajaba bajo un señor feudal.
Egle era inquieta y curiosa .Ya despertaba a la adolescencia y sin que nadie lo notara, había escuchado en el castillo , donde su padre trabajaba ,las conversaciones de los señores nobles :en ese mundo medieval las mujeres no tenían libertad , podían y hasta debían ser maltratadas. Estas expresiones se clavaron en su corazón como un puñal. Se retiró en puntitas de pie mientras
se decía : - no quiero ser sierva de nadie ,ni ser azotada.
Por eso urdió un plan. Cuando nadie la vio, llegó hasta los aposentos de quien sería el futuro señor feudal , allí decidió robar las ropas de varón y comenzar a rodar por la vida, no ya como mujer .
Era un plan demasiado arriesgado.
Quizas sería un gran trovador o un mendigo, no sabía en qué se convertiría sólo estaba segura que renegaría de ser mujer. Egle amaba escribir , si se mostraba como hombre podría ser un escritor o quizás un poeta.
Nadie le molestaría por lo que eligiera hacer. Nadie ejercería el derecho de pernada, ni tampoco correría el riesgo de ser consideraba bruja.
Vestirse y actuar como un varón tenía multiples ventajas, el riesgo valía la pena.
Amparada por la noche cerrada y casi tormentosa, Egle logró su propósito y sin miedos se lanzó a caminar alejándose de la aldea.
Era peferible enfrentar lo desconocido que vivir un camino indigno como mujer. Pensó en un nombre para ella o mejor dicho él, porque debía convencerse , él se llamaría o haría llamar: Benedito.
Su carácter firme y decidido no le permitieron extrañar a su familia, ella elegía su destino, no ser mujer.
Caminó y caminó tanto que al amanecer cayó rendida frente a un Monasterio.
Un lugar de paz .Un paisaje de pájaros y aromas de licores expandiéndose desde las estrechas ventanas de la bodega.
La torre principal de la iglesia dibujaba su sombra a los pies d e Benedito como una especie de bendición. Los monjes aún estaban orando.
Cuando el sol se elevaba como un gran barrilete amarillo , Benedito entreabrió sus ojos y quedó asombrado viendo al monasterio como a una enorme fortaleza.
Una vez más respiró hondo y se incorporó para presentarse como a un joven mendigo que buscaba un destino mejor.
Despertó ternura y viendo que Benedito tenía mucho interés por aprender, lo ubicaron en la sala de manuscritos para ejercer como copista .
También aprendió los secretos boticarios y hasta los unguentos angelicales ,para espantar los malos espíritus.
Fue pasando el tiempo y Egle fue experimentando en su piel un ardiende deseo de amar .Un intenso fuego le envolvía cuando estaba frente al monje Michel.
Se debatió entonces entre dos vallas, no quería que descubran que ella era una mujer, eso era peligroso en un Monasterio, pero tampoco podía callar el amor por Michel. Se refugió en sus escritos ,allí en secreto , volcaba con intensidad todo su sentimiento.
Nacían poemas de amor y los escondía en un hueco de la pared donde dormía.No sabía hasta cuando podría ocultar tanta pasión, pero la vivía profundamente.
Bajaba la vista cada vez que estaba frente a Michel,no quería que él descubriese en su mirada ese volcán incontenible.
Había querido escapar de un mundo que era fatídico para las mujeres, pero ahora estaba encadenada de otro modo, por esos hilos maravillosos de amor, un amor que debía callar, desarmar, ignorar. Toda era una mezcla de confusión y tristeza. Ansiaba sus brazos de terciopelo, su cuerpo que intuía tan joven como febril.
Egle intuía que Michel se había dado cuenta, era difícil simular su admiración y encantamiento.
¿Debería entonces huir de esta situación?
La primavera ya se filtraba en el aire y pintaba con cientos de colores. Pero había otra primavera prendida en el cuerpo y alma de Egle.
Llegó hasta la sala capitular, estaba aturdida, atrapada por su pensamiento encallado en un dilema. Nadie estaba allí, fue hasta el ingreso a la torre, subió escalón por escalón, trescientos escalones , cuatroscientos . Entró al campanario , desde allí la colina parecía un verde paraíso,pero no es esto lo que ella vio.
Fijó la vista en el fondo del acantilado, se turbó y cayó siendo devoraba por el profundo silencio de la muerte.








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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una fantástica narración, muy bien escrita mi amiga y poseedora de sentimientos tan reales en un personale tan irreal, Un abrazo
Clemencia

Maria Rosa dijo...

Bellisimo!! Una verdadera historia de amor que no llegó a concretarse,
Felicitaciones
Besos
María Rosa

Anónimo dijo...

Stella , leí tus relatos hay una conjuncion perfecta entre las imágenes, lo que decis estoy muy orgullosa de compartir tantos momentos con vos ya que serás famosa me encanta lo que haces continua así adelante

Lidia Pizzi

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