Aquel
rancho
Un
rancho con alero se recortaba contra el horizonte.
Nadie
se había acercado en años a ese lugar. Muchos hablaban de una
historia tan dramática como misteriosa que se tejió en su interior.
Juan, que galopaba cerca de aquella casa con techo de pajas,
sabía de esos comentarios tan divulgados en el pueblo.
Primero
dudó, pero juntó coraje y enfiló hacia el rancho.
Ya
el anochecer se anunciaba. Una enorme y transparente luna, apenas
asomaba en el Este.
A
una hora de viaje a caballo estaba el pueblo donde vivía Juan.
En
su hogar estaba su madre, una anciana de mirada profundamente
celeste y triste. Solía levantarse muy temprano y mirando las
últimas estrellas de la noche, para conversar cada mañana, les
contaba penas que nadie conocía.
Juan
ya se estaba acercando al misterioso rancho. El caballo levantó sus
patas delanteras, como mala señal y el jinete casi cae sobre los
altos yuyos que cubrían el lugar. Difícil fue para Juan sostener
las riendas de su cabalgadura. Una miríada de murciélagos parecía
vigilar el rancho.
Pero
el joven no se asustó y con su poncho intentó espantar a esos
guardianes alados. Luego, bajó de su caballo y entró al rancho.
Allí se estremeció viendo una etérea figura de mujer que
flotaba como nube blanca y que se esfumó saliendo por la ventana.
Juan,
aún aturdido por lo que vio, decidió quedarse allí y aguardar.
La luna llena con su intenso brillo pareció volver día a la noche.
El campo se veía plateado y las flores de cardo salpicadas de
rocíos agregaban cierto extraño encanto.
Apenas
despuntada el alba, Juan se refregó los ojos. No podía creer, esa
blanca, casi transparente figura de mujer, volvía al rancho.
¿Era
un alma que no descansaba? ¿Quizás una hechicería? ¿Qué
representaba ella? Preguntas que se hacía, sin hallar respuestas.
Volvió
a su casa y contó a su madre lo que había vivido aquella noche. La
anciana estalló en llanto. Entonces, ella le contó a su hijo lo que
sólo confiaba a las estrellas.
Aquella
figura era su hija muerta, que no quiso seguir viviendo al saber que
su madre se oponía férreamente a su gran amor.
Desde
entonces, ella vaga desde aquel rancho y sin paz sale en las noches
buscándolo a él, a ese amor que le prohibieron.
1 comentario:
Misterioso relato...Cuántas parejas habrán pasado por situaciones parecidas, tan injustas, tan tremendas...
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