Sentada
y pensativa , acurrucada ,casi en posición fetal, en una roca cerca
el mar, estaba Faidroh. Había nacido de la Lógica , fecundada por
Tales . Sus rasgos dominantes eran los de una filosofía de rostro
bello y sus discusiones se bifurcaban entre la razón y el amor.
Confundida
por estos móviles salió a recorrer el mundo, ingresando en un
extenso sendero ,queriendo llegar a la verdad . Una verdad que sea
irrefutable tanto para el sabio como para el ignorante. Una certeza
que haya transitado por todas las corrientes filosóficas y que siga
siendo sostenida por ellas.
Una
verdad que esté lejos de la apariencia , de las dudas y de la
percepción. Una verdad que no cambie, que sea inmutable.
Transportada
por sus ideas, llegó hasta un puente de luz cargado d e misterios.
Ella
que sostenía que los objetos de la experiencia no son objetos
propios del conocimiento, s e hundió en la luz de ese puente y fue
transitando por los canales de la razón entendiendo que el
conocimiento que de allí se desprendía era la verdad absoluta. No
obstante debía buscar también argumentos para su otra preocupación:
el amor.
Para
esto se hundió en una luz distinta , era la que se elevaba sobre el
puente. Pero alejándose de la razón ya le resultaba difícil
abordar el amor .Quizás podría sentir el amor , pero cómo
entenderlo, cómo diferenciarlo de otro sentimiento si careciese de
razón. Entonces entendió que ya los temas que se bifurcaban en su
discusión íntima ,estaban unidos.
Sí,
razón y amor juntos porque el amor sólo pertenece a los seres
racionales.
5 comentarios:
Maria de los Angeles Roccato comentó
Sabiduria, enseñanza, belleza y trascendencia
¡gracias por estas letras
hermosa imagen
magi balsells palau comentó
nos enseñas unos principios de la vida muy sensacionales, poema para una profunda reflexión
gracias
Julia Orozco comentó
Lleno de enseñanza y sabiduría lleno de luz.
maria comentó
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AMIGA STELLA: BELLOS PRINCIPIOS DE UNA VIDA COTIDIANA, ESTA LLENO DE LUZ CELESTIAL.
Ignacio Siar Arzaluz comentó
Mujercita mezclaste conceptos, pero con mucha inteligencia.
Felicidades, Ignacio
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