Ser luz

El llanto , grito de la vida que despertaba , estalló en medio del monte salvaje . Extenuaba pero feliz sobre un colchón de verdes hojas fue socorrida por don Baltazar que cortó con su cuchillo el cordón y lo ató con un hilo vegetal.
Miró embelezada a su niña. Así de manera ancestral , despojada de los cuidados necesarios vino al mundo Alika.
Y fue creciendo en este rancho cerca de la laguna .
Sus primeros pasos la llevaron a ese espejo de agua donde se congregaban los pájaros a beber . Alika conversaba con las mariposas y sus almas volaban por el cielo claro y entre las nubes describían halos de colores que se espejaban en la laguna.
Ella era como la primavera y no estaba dispuesta a dejar ese paraíso en que las fragancias de las flores se habían adormecido por siempre en su cabellera.
Escribió sus propios mandamientos con el néctar de todas las campanillas azules y los guardó en un baúl de rojo intenso.Después enterró cerca de la laguna ese cofre. Quizás algún día lo volvería abrir ,así pensaba mientras tiraba algunas ramas para simular el lugar .
Pero detrás de la sombra de un enorme árbol alguien la estaba observando. Montado en un caballo blanco y en silencio , entre juegos de luces que el sol marcaba en las ramas ,el hombre de antifaz y capa renegrida se adelantó y con la agilidad propia de un jinete experto se inclinó, tomando de la cintura a la Alika y alzándola hasta sentarla en la montura, la sujetó fuertemente. Azuzó a su corcel y un estruendo de galopes retumbó en la llanura. Alika quiso gritar pero no pudo . Los contornos de la laguna se esfumaron entre jirones extensos de nubes y el atardecer construía misterios aceleradamente.
“ Tú debes ser luz , luz intensa, luz de alegría, siempre luz”, dijo el jinete. Alika escuchaba, sólo escuchaba .
El continuaba diciendo una y más veces lo mismo. Luz profunda que aquiete el alma .Luz perdurable en el tiempo. luz sin idiomas. Luz que venza el silencio que es muerte. Luz que navegue en los corazones. Luz que atraviese todas las capas sociales.
La noche se acercaba con los primeros ojitos brillantes que titilaban en lo alto. El jinete seguía su marcha y Alika se fue adormeciendo mientras entraban a un escenario de arroyos serenos , de colinas alfombradas con flores silvestres.
Al amanecer Alika se iluminó y vestida de luces fue dibujando en el aire mil ritmos y melodías
El jinete la llamó Terpsícore, la llamó luz del alma y ella que era mujer ,cumplía uno de sus mandamientos :permanecer en el tiempo , ser universal , no conocer fronteras , ser música...




-